Instituto del Metabolismo Celular

El Instituto del Metabolismo Celular (IMC) es una Institución no lucrativa, de independencia ideológica, fundada por el Prof. Meléndez-Hevia el 14 de Julio de 2004. Sus fines, según establecen sus estatutos, son la investigación científica sobre el metabolismo celular, y la aplicación de estos conocimientos para combatir las enfermedades, y mejorar la calidad de vida y el bienestar social. Sus actividades están encaminadas a promover el estudio, la investigación científica, y la enseñanza y divulgación de la ciencia. Todos los recursos económicos del IMC proceden de la explotación comercial de sus descubrimientos.

Actividad Científica del IMC

La actividad científica del IMC se desarrolla en el campo de la Bioquímica y la Biología Molecular, y sus aplicaciones prácticas en Biomedicina y Nutrición. Esto incluye principalmente proyectos de investigación básica, sin ánimo de explotación mercantil, sólo buscando el desarrollo de la Bioquímica en el campo del metabolismo celular a fin de conocerlo a fondo para que pueda repercutir en el bienestar humano, y también investigación aplicada con objetivos de explotación comercial.

    El programa científico del IMC se ha establecido pensando en cuáles son los problemas más trascendentes que deben resolverse en el campo del metabolismo celular, donde aún queda mucha tarea por hacer, que está desatendida por otros grupos de investigación. Todos los proyectos están relacionados de manera que cada uno pueda apoyarse en los resultados de los demás, y haya una continua y fructífera interacción entre los investigadores.

    La investigación científica sobre el  metabolismo realizada en el IMC ha producido resultados que pueden resolver muchos problemas de salud, entre ellos la artrosis, la obesidad, la diabetes y la hipertensión, y, por tanto, susceptibles de explotación industrial. Hemos presentado estos resultados y sus métodos en los registros oficiales de patentes de los Estados Unidos, de la Unión Europea, y de la Oficina Internacional, a fin de preservar sus derechos.

     La explotación comercial de estos resultados produjo una importante actividad económica, promoviendo la creación de varias empresas mercantiles. Desde su fundación, decidimos que todos los beneficios de esas empresas se dedicasen a soportar la actividad científica del IMC, con objeto de crear un buen laboratorio de investigación dirigido por el Prof. Meléndez, y contratar al personal científico y técnico para asegurar la continuación de su labor investigadora en el futuro. El desarrollo económico del proyecto permitió la creación del laboratorio de investigación del IMC y un desarrollo empresarial que llegó a crear 75 puestos de trabajo.

    Varios proyectos de investigación del IMC se realizan en colaboración con investigadores de otras instituciones. En el IMC se instituyó una Comisión científica para decidir los proyectos que se iban a desarrollar y revisarlos periódicamente, y un Comité externo formado por investigadores de alto prestigio internacional que, en calidad de asesores, debían reunirse anualmente para revisar el programa científico del IMC, a fin de sugerir las correcciones pertinentes, y evaluar su actividad y sus resultados.

     Habíamos logrado la difícil tarea de afianzar la provisión de fondos para cada proyecto de investigación. Desde su fundación, el IMC se ha podido mantener con sus propios fondos, sin depender de subvenciones externas. Esto permitió desarrollar una investigación básica y aplicada, con resultados de relevancia científica y susceptibles de explotación comercial, sin estar obligado a someterse a las exigencias impuestas por grupos de presión o por modas absurdas que no deberían existir en la ciencia, pero que lamentablemente existen y la ahogan. Es una realidad penosa que el desarrollo de la ciencia está siendo asfixiado por una mala política científica, y por la deficiente gestión de los fondos o subvenciones estatales y privados destinados a este fin. En el IMC pudimos hacer Ciencia independiente. Además, el IMC dedicó parte de ese rendimiento económico a subvencionar proyectos y becas de otras instituciones ajenas al IMC.

El laboratorio de Investigación del IMC

El laboratorio de Bioquímica y Biología Celular del IMC se instaló en El Sauzal (Tenerife), en un local con una superficie total de cerca de 1.200 m2. Las obras de acondicionamiento duraron cerca de dos años y se dotó al laboratorio de un magnífico equipamiento y biblioteca, siendo posiblemente uno de los mayores y mejor dotados de España y de Europa para esta especialidad. En este proyecto, el IMC invirtió más de 2.000.000 de euros, y el Prof. Meléndez continuó allí su actividad científica.

======  Álbum de fotos del laboratorio  ======

Biblioteca

Vistas generales del laboratorio

Equipos de análisis

Frío, homogeneización y centrífugas

Microscopía y cultivos

Preparación de reacciones

 
 
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No obstante, el proyecto se truncó por la disposición gubernativa del Gobierno de Canarias que explicamos más abajo. Esta orden obligó al cierre del IMC, y a desmantelar el laboratorio de investigación a menos de dos años de terminarse las obras de su instalación, y a despedir al personal, perdiendo toda la inversión realizada, con varios créditos bancarios pendientes, y llevando a la ruina el proyecto científico y el proyecto empresarial. Pero con ser grave arruinar a varias empresas que estaban produciendo una buena actividad económica, y creando puestos de trabajo, lo más lamentable fue la ruina del proyecto científico.
 
 Breve historia de los problemas legales 
 
Nuestro consultorio nutricional y la comercialización de los complementos nutricionales correspondientes, siempre ha estado basada en resultados científicos bien probados, y la comercialización de sus complementos nutricionales siempre ha sido legal, puesto que se han presentado en el mercado como nutrientes, y como tales, autorizados por la legislación española, y por las disposiciones comunitarias de la Unión Europea, y se han vendido al público con el correspondiente registro sanitario.

     El Prof. Meléndez salió al paso de esa campaña explicando a la opinión pública, por todos los medios posibles, el fundamento científico de sus complementos nutricionales, sus efectos beneficiosos, y la condición clara de su legalidad. Entonces, en su afán por justificar esta prohibición las Autoridades sanitarias del Gobierno de Canarias declararon la existencia de hasta “diez casos de efectos adversos” (entre más de 45.000 personas que seguían nuestro tratamiento)  advertidos, según consta, con posterioridad a la orden de cierre del IMC y de la prohibición de los productos. Tales supuestos casos eran confusos y dudosos, sin documentación que los avalase. En uno de los procesos se comprobó que todos ellos eran falsos al no poder justificarlos las autoridades sanitarias cuando el juez les pidió las pruebas. Sin embargo, ello no detuvo la acción del Gobierno. La Consejería de Sanidad persistió en su prohibición y en la sanción económica.

    El Prof. Meléndez se opuso a la orden de cierre del IMC mediante los recursos pertinentes alegando, además de los argumentos dichos, que su cumplimiento contrario a derecho obligaría al despido de cerca de 75 trabajadores, con las consiguientes indemnizaciones que el IMC no podría soportar al tener que cesar su actividad y con varios créditos bancarios pendientes, pero el Gobierno no cedió, y la Fiscalía le demandó por la vía penal acusándole de desobediencia. Esto nos obligó a cerrar el consultorio nutricional del IMC con la consiguiente pérdida de la actividad económica que estaba soportando la investigación, y produjo el despido de la mayoría de los trabajadores, incluido el personal del grupo de investigación que se había formado durante varios años, sin contar el producido a los usuarios que vieron interrumpida su labor asistencial. Esta causa penal fue sobreseída en las diligencias previas sin pasar a juicio, y se archivó la denuncia de la Fiscalía, siendo ésta la tercera de esa índole que tuvo que afrontar el Prof. Meléndez, y la tercera que se archivó por falta de causa legal.

     Esta acción arbitraria del Gobierno, sin causa que la justificase, provocó un daño irreparable a nuestra actividad científica, asistencial y empresarial, que ha amenazado gravemente con desbaratar el proyecto científico que estaba en plena producción, del que se estaban beneficiando miles de usuarios y que no había provocado ningún caso de efectos adversos.

     Al mismo tiempo, esta prohibición de nuestra actividad promovió que varios desaprensivos se aprovechasen de sus descubrimientos y ofreciesen en el mercado productos de dudosa legalidad imitando sus complementos nutricionales. Estas actividades paralelas nunca fueron prohibidas por el Gobierno de Canarias ni por la Agencia del medicamento, ni ninguna de estas entidades emprendió acción alguna contra ellas, a pesar de que se lo hicimos constar. El afán ilícito de lucro de esos desaprensivos, consentido por el Gobierno, contribuyó aún más a dañar el proyecto científico del IMC amenazando gravemente su continuidad.

     Finalmente, las acciones legales por la vía judicial llegaron a su término. Después de tres años de procesos judiciales y recursos, tanto el Tribunal Superior de Justicia de Canarias como el Tribunal Superior de Justicia de Madrid dieron la razón al Prof. Meléndez en sendas sentencias firmes y definitivas declarando las acciones gubernamentales y la sanción económica contrarias a derecho; obligaron al Gobierno de Canarias a devolver las cantidades embargadas de su cuenta bancaria, y resolvieron que nuestra actividad está dentro de la legalidad; y lo más importante: ambos tribunales resolvieron que los complementos nutricionales usados por él no son medicamentos sino nutrientes, dejando así sin efecto la alerta dictada por la Agencia española del medicamento contra sus productos.

Sentencia del Tribunal Superior de Justicia de Canarias a favor del Prof. Meléndez-Hevia

Situación legal actual

Una vez resuelta la situación legal, hemos podido recuperar su actividad: ha reabierto su consultorio nutricional en La Laguna (Tenerife), y también ahora intenta recuperar su actividad científica para lo que tendrá que instalar un nuevo laboratorio de investigación. Esto no va a ser fácil, pero estamos dispuestos a intentarlo.

    El Prof. Meléndez ha demandado al Gobierno de Canarias reclamando los daños y perjuicios personales e institucionales. Éste proceso está en su curso y de su resolución dependerá que se pueda recuperar la actividad y el esfuerzo perdido. Pensamos que es obligación del Gobierno ayudar al desarrollo de la actividad científica y empresarial, especialmente cuando se ha probado que contribuye al bienestar social y dedica su rendimiento a labores humanitarias, aunque no podremos recuperar el tiempo perdido.

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